América Latina logró sortear con relativa facilidad la crisis financiera que estalló a finales de 2007 en Estados Unidos y que luego se propagó rápidamente por el resto del mundo desarrollado; sin embargo, la desaceleración de las economías de América Latina es preocupante, sobre todo porque las condiciones macroeconómicas sólidas que se tenían en el año 2009, han cambiado.